Global family business award para una familia que hace las cosas bien
Llevamos más de un siglo haciendo las cosas bien y es obvio por nuestro nombre que tenemos el respaldo de toda una familia, la familia Carvajal, quienes sin duda tienen el mérito de pensar en crecer al mismo tiempo que dejan el mundo mejor que como lo encontraron, y este es un mensaje claro que se transmite de generación en generación.
Hoy la Organización Carvajal es una empresa multilatina con más de un siglo de historia, actividades comerciales en tres sectores (Papel y empaques, tecnología e inmobiliario), con más 17 mil colaboradores y presencia en 10 países. Esto se dice fácil, pero no se logra de la noche a la mañana y somos conscientes de lo que conlleva estos logros para una organización, los cuales claramente han sido posibles por las bases sólidas que provienen de nuestra familia fundadora, la Familia Carvajal.
Por lo anterior y mucho más, el Institute for Management Development (IMD Business School), con sede en Suiza, otorgó a la Familia Carvajal el “GLOBAL FAMILY BUSINESS AWARD”, premio que reconoce a familias alrededor del mundo que tengan incidencia positiva en sus regiones a través de sus empresas y que destaquen en aspectos como la excelencia y gestión en temas de Familia, Empresa, Propiedad, Gobernanza y Responsabilidad Social.
Los criterios para elegir a la familia ganadora fueron determinados por un jurado independiente, que evaluó la incidencia que tiene la empresa familiar en innovación, responsabilidad social y cómo este desarrollo está ligado a los valores, tradición y legado familiar.
La Familia Carvajal es la primer empresa Colombia en ganar este premio, que anteriormente se han llevado familias como: Lego, Hermes, Puig, Henkel, Zegna, Murugappa, SC Johnson, Jebsen & Jessen, entre otros.
Este reconocimiento sin duda es un reflejo del trabajo duro y de la responsabilidad con el entorno que la Familia Carvajal siempre ha tenido claro. Nosotros como parte de la Organización Carvajal llevamos con orgullo un apellido que, aunque no está en nuestro ADN, lo sentimos como propio y, sin duda alguna, cada vez más, queda ante el mundo como un sinónimo de hacer las cosas bien.